Todo aquel que quiera entrar en el mundo lava deberá antes esquivar al cancerbero. Y decirlo no es tan fácil como hacerlo: con dos cabezas, su ladrido es ensordecedor y puede además mantener a dos enemigos a cierta distancia a la vez. Su cola es un látigo
Cuidado con el perro. Todo aquel que quiera entrar en el mundo lava deberá antes esquivar al cancerbero. Y no es tan fácil. Su ladrido y su gruñido son ensordecedores, y tiene dos cabezas, ¡por eso puede ocuparse de dos adversarios a la vez! Cuando empieza a agitar la cola, los intrusos deberían echarse a correr rápidamente. ¡En una batalla la usa como látigo ardiente! Su armadura protectora está hecha de horrible magma al rojo vivo, por eso el cancerbero no teme a nadie ni a nada. Bueno, sí, hay algo que no le deja conciliar el sueño, el miedo a que la corriente de lava eterna un día se seque...