Henrietta la tortuga estira el arrugado cuello fuera del grueso caparazón. ¿Habrá venido alguien a charlar con ella? O a lo mejor es alguien que quiere pedirle consejo. Le pasa mucho porque es muy inteligente y porque además le gusta escuchar y te mira amablemente con sus ojos marrones. ¡Hace que enseguida te sientas mejor!